45°43´40.08”
S - 67°30´05.97” W
118 mts.
SNM
Es imposible contar la historia de este pequeño aeródromo
sin hacer una referencia a los hechos anteriores que permitieron su creación. Los
orígenes del vuelo a vela en nuestro país, están estrechamente ligados a la
historia del Club de Planeadores Albatros, que se fundó en el mes de agosto de
1930 y desarrollaba su actividad en el Aeropuerto Presidente Rivadavia, en
Morón.
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| Ubicación del aeródromo y campamento de Astra en relación al Aeropuerto General Mosconi, en norte de la ciudad de Comodoro Rivadavia (AE&O) |
Desde entonces, la actividad volovelística estuvo
siempre en el foco de atención de las autoridades de la aviación civil
argentina, como área de desarrollo a través del fomento y la difusión. De
hecho, se invitó a los principales pilotos y diseñadores alemanes a venir al
país para demostrar sus habilidades y las últimas tecnologías aplicadas a sus
refinados modelos. Así, llegó al país la Misión Alemana de Vuelo a Vela
el 14 de marzo de 1934, en medio de una gran expectativa por parte de todo el
sector aeronáutico. La presencia de los alemanes, reforzó el apoyo estatal a
toda la actividad.
Para cuando todo esto ocurría en Buenos Aires, muy
lejos de allí, también se estaban llevando a cabo experiencias en el vuelo
libre. Más precisamente en Comodoro Rivadavia, en la provincia de Chubut. Allí
había surgido un grupo extremadame)nte entusiasta que movidos por la curiosidad
y el deseo de volar, comenzaron a evaluar la posibilidad de adquirir un
planeador básico y experimentar con los fuertes vientos de la zona. Entre los
entusiastas había algunos personajes locales como Pedro Cassenave, Francisco
Rubis, Montechiarini y el inefable piloto patagónico Casimiro Slapelisz, quien
tenía una pequeña empresa de obras viales.
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| Vista panorámica del campamento obrero de la Compañía ASTRA. Hacia 1936, aquí vivían entre 300 a 500 personas, sin cargas de familia de ninguna índole (AE&O) |
A ellos se les sumaban un importante número de
empleados de la petrolera Astra que desde 1912 se encontraba explotando
petróleo en la zona. Había establecido su campamento, unos 15 kilómetros al
norte de la ciudad de Comodoro Rivadavia. Sus primeras construcciones fueron
puramente técnicas, pero con el tiempo comenzó a montar un verdadero pueblo con
todas las comodidades para permitir una estancia cómoda a los empleados y sus
familias.
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Un típico de día viento noreste,
garantizaba vuelos de permanencia sobre el Papagaikop (AE&O) |
La mayoría de ellos era de origen alemán y muchos ya
había tenido experiencias de vuelo a vela, nada menos que en las colinas del Rhön,
la meca de esta actividad a consecuencia de las limitaciones impuestas a la
industria alemana establecidas por el Tratado de Versalles en 1919
Aeronáuticamente, hacia 1930 la ciudad tenía un
importante aeródromo denominado “Kilómetro 9” (el actual Aeropuerto
Mosconi) en el cual operaba regularmente la Aeroposta Argentina. Hacia 1931 se
conoció la noticia de la fundación en Buenos Aires del Club de Planeadores
Albatros y de su incesante actividad.
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| El De Havilland DH60G Moth (s/n 2098) regitrado R203 del Aero Club Comodoro Rivadavia, de visita en el aeródromo de Astra (AE&O) |
Estos antecedentes, convencieron a los locales a
conformar su propia institución que en un principio se denominó Club de
Planeadores Rosales (por el Manantial Rosales) y que luego se cambió a Club
de Planeadores Cóndor. Este grupo aportó los recursos para adquirir un planeador
primario Kessel 12A Prufling, que se armó en el hangar de la Aeroposta y cuyos
pruebas y vuelos estuvieron a cargo de Próspero Palazzo. Para ello su utilizaba
un camión Chevrolet de propiedad de Slapelisz (las dos franjas utilizadas como
pista en aeródromo, habían sido niveladas y consolidadas por su empresa). Aún
con este laboreo, la pista era áspera y dura, por lo que el planeador debía ser
reparado a menudo.
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| El noble Ford 1928 utilizado para remolques sirve como base para alanzar a el frente del nuevo hangar y colocar el nombre del club (AE&O) |
Como sus experiencias era muy limitadas, las prácticas
de virajes se realizaban enganchados al remolque de tierra, mientras este
giraba en círculos, el planeador replicaba en el aire la maniobra de cambios de
dirección, teniendo el suficiente cuidado de no descender por demás en los
tramos con viento de cola. De a poco fueron alargando la soga de remolque en
busca de térmicas que les permitieron desengancharse del remolque y volar por
térmicas.
Esta era la actividad que tenía el Club de Planeadores
Cóndor, cuando la Misión Alemana de Vuelo a Vela llegó a Buenos Aires en marzo
de 1934. El apoyo estatal a toda la actividad fue inmediato, promoviendo todo
club que se hubiera formado para tal fin. La mayoría de los pilotos casi
autodidactas del Cóndor, oficializaron sus experiencias de vuelo rindiendo sus
exámenes para la obtención de sus brevet.
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| El hangar servía para
resguardo del Kassel y también como taller de reparaciones (AE&O) |
Este apoyo, también se replicó en Comodoro Rivadavia,
pues Astra decidió respaldar al grupo de volovelistas, otorgándoles facilidades
y ayudas de diversa índole. La principal de ellas, fue el ofrecimiento de uso
de un campo para la práctica del vuelo, ubicado en el kilómetro 20 de la actual
RN N° 3 y muy cercano a al pueblo de la empresa. La única condición impuesta
era que el club mantuviera su identidad con el nombre de “Cóndor”.
Este sitio estaba ubicado unos 500 metros al noroeste
del pueblo, entre la ruta y el cerro Menéndez. Tenía 45 hectáreas de
superficie, aunque era de menor superficie que el de Kilómetro 9 y permitía
largas corridas de remolques y la cercanía a dos cerros de importancia,
terminaron siendo funcionales a la operación, pues en ellos se producían
algunas ascendentes que ayudaban a ganar altura. Allí se demarcaron dos pistas:
una pista con orientación 11/29 de poco más de mil metros de extensión y 20 de
ancho y otra levemente cruzada, con orientación 08/26 de igual longitudes. Los
trabajos de nivelación y limpieza quedaron a cargo de la empresa, que también
facilitó un lugar en las cercanías del edificio de la administración. Los
socios levantaron un hangar de 12 metros de ancho por 25 de fondo, con tirantes
de madera y chapas metálicas.
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| Plano el Aeródromo de Astra, como fue publicado en la Guía Aeronáutica Argentina de 1948, bajo el nombre de "Cerro Menéndez". Para entonces, el campo ya no tenía actividad y el Club de Planeadores Cóndor se había mudado a Buenos Aires (AE&O) |
El traslado a las nuevas instalaciones se realizó a
fines de noviembre y las actividades se reiniciaron el 3 de diciembre de 1934,
siendo esta erróneamente la fecha que se toma como de fundación del club. A
principios de enero de 1934 se realizó una fiesta para bautizar al Kessel, con
el nombre “Erica” en honor a su madrina, Erica Kalthoff. Pero en
realidad, todos tomaban este evento como una inauguración del campo y su nuevo
período de fructífera actividad. El encuentro debió ser postergado por dos
domingos seguidos, debido al exceso de viento. El tercer fin de semana, las
condiciones persistían pero nadie estaba dispuesto a continuar la espera y el
presidente del club, Francisco Allesch realizó sólo dos vuelos, en uno de los
cuales, el planeador liberó la soga y descendió planeando sobre la vertical
donde había estado sólo unos instantes atrás.
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| El Kassel 12A volando al atardecer sobre el cerro Papagaikop. En la foto no se alcanza a notar, pero en el medio de la ladera del cerro se puede observar, las vías del elevador para el transporte de ostras gigantes (AE&O) |
El nuevo campo tenía muchas ventajas, pero la principal
de ellas, era la cercanía que existía a importantes cerros y colinas en donde
los cuales podían aprovecharse térmicas ó corrientes dinámicas que permitían
vuelos de permanencia. El más importante era el cerro Papagaikop (debe su
nombre a una deformación del vocablo alemán “papagaikopf”, que significa
“cabeza de papagayo”. Actualmente llamado Cerro Caracolas), ubicado unos
1.800 metros al sudeste del campo. Su ladera sur comenzaba con una suave
pendiente, aumentando la inclinación a mayor altura y terminaba con una pared
casi vertical, formado por ostras petrificadas. La ladera norte, que era la
orientada hacia la pista del aeródromo era de una pendiente mucho menor, en
forma de herradura, en cuyo centro corría una vía Decauville para transportar
as otras hasta la fábrica de cal y ladrillos.
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| Foto satelital con la ubicación del aeródromo, el pueblo Astra y los cerros más utilizados para vuelos en dinámica (AE&O) |
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| El Kassel12 A siendo subido hasta la cima del Papagaikop en el elevador que la empresa usaba para transportar ostras gigantes, con las que fabricaba ladrillos calcáreos de excelente calidad (AE&O) |
Estas instalaciones habían sido montadas por la propia
Astra, para un emprendimiento que nada tenía que ver con el petróleo. El
material con el que estaba constituído el Papagaikop era principalmente
material fosilizado, que luego de ser molido, mezclado con algún tipo de
ligante y moldeado, daba como resultado unos mampuestos de excelente calidad
para la construcción en general. El sistema de vías se implementó para
facilitar el transporte desde la cima del cerro hasta la planta, en las
cercanías del pueblo.
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| El Hols der Teufel “Patagonia” es recuperado tras un aterrizaje fuera del campo utilizando la camioneta Ford (AE&O) |
Aunque en la costa era de importancia, doce kilómetros
tierra adentro, la brisa marina llegaba con escasa intensidad, pero al tocar
las laderas del Papagaikop se levantaba verticalmente con gran fuerza. Esto era
aprovechado por el Kessel, que bien pilotado lograba vuelos de más de una hora
de duración. La experiencia era maravillosa y algunos pilotos, llegaron a
prescindir del aeródromo por completo. Subían el planeador a los carros del
elevador y se lanzaban desde la misma ladera del cerro.
Muchos de los iniciadores del Club de Planeadores
Cóndor se alejaron para dedicarse de lleno al vuelo con motor, pero otros se
acercaban llamados por la curiosidad de volar en el “palo de escoba”
como le decían al Kessel; entre ellos Domingo Yrigoyen, Leonardo Selvetti y
Próspero Palazzo.
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| El Patagonia volando a 50 metros sobre el frente sudeste del Papagaikop. Una vista que se repetía cada fin de semana y en las tardes de verano. Varios socios realizaron vuelos de permanencia. Miguel Vogl llegó a volar 6:30 (AE&O) |
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| Aspecto de la última parte de la ladera sudeste del Papagaikop. Sólo este risco tiene aproximadamente 30 metros de altura. Todo el borde superior era de ostras fosilizadas (AE&O) |
Durante 1935 el Condor fue uno de los seis clubes que
se afiliaron al Club de Planeadores Albatros, entidad líder del volovelismo
nacional y por entonces la única que recibía subvenciones oficiales. Comodoro
Rivadavia concentraba tanta actividad que ese año fue el segundo en volumen,
superado sólo por el Albatros. La situación se incrementó en 1937, cuando de
doce pilotos formados en el año, diez provenían de la Patagonia.
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| El primero a la izquierda es el presidente del Club de Planeadores Condor, explicando a las autoridades de la Astra, los detalles de construcción del planeador El Hols der Teufel “Patagonia”, recién terminado. |
Lo increíble es que todo esto se lograba
exclusivamente con el planeador primario Kassel. 12A Prüfing que se había
importado desde Alemania en 1931. El aparato había sufrido decenas de roturas y
reparaciones, hasta que en 1939 se destruyó por completo en el aeródromo de
Astra, en un severo accidente que le costó la vida al piloto Leo Hertlein.
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| Estado en quedó el Kassel luego del accidente de 1939 (AE&O) |
Afortunadamente, a mediados de 1936 los directivos el
Cóndor habían solicitado a Alemania toda la documentación necesaria para la
construcción de un planeador avanzado Lippisch Hols der Teufel y a Buenos Aires
los materiales para construirlo. Los trabaos comenzaron lentamente en 1936, de
modo que cuando se perdió el Kassel, debieron acelerarlos para reiniciar la
actividad. La brigada de trabajo se denominó “Industria de Aficionados
Germano Argentinos” y terminaron el planeador en octubre de 1937, al que
bautizaron “Patagonia”
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| El Hols der Teufel “Patagonia”, aún sin entelar (AE&O) |
Durante las pruebas de vuelo el Patagonia, demostró
excelentes cualidades de vuelo y una vez utilizado en todas sus posibilidades,
logró vuelos de hasta seis horas sobre el Papagiakop. y récord de altura, con
un vuelo realizado por Francisco Allesch a fines de 1937 alcanzando los 1.200
metros. Al Hols der Teufel se le sumó un alto velero Rhonbussard en 1938,
donado por el Aero Club de Alemania.
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| El Rhönbussard, donado por el Aero Club de Alemania, frente al hangar. La torre por detrás es de un pozo petrolífero y el cerro PAPAGAIKOP al fondo. Para poder realizar los vuelos de permanencia el viento debía soplar en la dirección hangar – cerro. Lo que no era frecuente (AE&O) |
El 1° de septiembre de 1939, Alemania movilizó sus
fuerzas armadas sobre la vecina Polonia, comenzando así las primeras acciones
de la Segunda Guerra Mundial. A consecuencia de ello, Astra retrajo
notoriamente sus operaciones en Comodoro Rivadavia y trasladó el grueso de su
personal a Buenos Aires. La mayoría regresó a su tierra natal para sumarse al
esfuerzo bélico.
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| En primer plano el Hols der Teufel con Miguel Vogl a bordo. Detrás el Rhönbussard. Las cosntrucciones que se observan en último plano y sobre la laera del cerro, eran las primeras oficinas de Astra (AE&O) |
De todos modos, el Cóndor no desapareció. Sus socios
decidieron trasladarlo con ellos a Buenos Aires y se instalaron en un aeródromo
en la localidad de José León Suárez. Esto dejó inmediatamente sin actividad de
vuelo el aeródromo de Astra. A pesar de ello, aún figuraba activo hacia fines
de la década de los ´40
Actualmente, el capo permanece yermo y la pista aún es
claramente visible. Sólo hay que poder descubrirla dentro de las múltiples
trazas y picadas efectuadas a consecuencia de la exploración petrolera.
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| Plano satelital actual con la sobreimpresión del antiguo perímetro del aeródromo. La pista principal, aún poder verse claramente (AE&O) |
Agrademos a Francisco Halbritter y Miguel Geldres su
colaboración en los datos aportados para esta entrada.
Bibliografía.
Cuadrado, José. El Vuelo sin Motor en la República
Argentina. Tomo I. 1810 – 1939. Editado por la Asociación de Veteranos de
Vuelo a Vela en la Argentina. Octubre de 1996
Halbritter, Francisco. El Cóndor Patagónico. La
historia de Francisco Allesch, el precursor olvidado. Revista Lima Víctor
N° 5 Otoño 2004. Pg. 10
www.volaravela.com.ar